Si no recibes ayuda de manera oportuna, podrías sufrir un problema mayor como una depresión o un trastorno de ansiedad. También podrías desarrollar problemas físicos como sobrepeso u obesidad, problemas con tu presión arterial o descompensación de cualquier enfermedad.
Además, puedes ver alterado tu sueño, tu capacidad para los estudios o el trabajo, podrías tener dificultad para socializar con otras personas o tener conflictos familiares.
Algunas personas comienzan a beber alcohol o drogas en gran cantidad. Por último, puedes tener un mayor riesgo de atentar contra tu vida.