Por ejemplo, podrías sentir ansiedad antes del primer día de clases, al ir a una entrevista de trabajo o cuando te tocará hablar en público. Es un sentimiento de temor, nerviosismo o preocupación que a veces se acompaña con sensaciones corporales como sudoración, falta de aire, latidos cardiacos fuertes u opresión en el pecho.
La ansiedad no es en sí negativa ya que muchas veces te ayuda para enfrentar un problema real y concreto.
Tu cerebro enciende un estado de alerta para que te enfrentes a la amenaza o huyas de ésta. A los antepasados les servía para estar más atentos al ataque de un animal salvaje. A ti te ayuda, por ejemplo, cuando tienes que dar un examen muy importante y la ansiedad te moviliza a estudiar más. Sin embargo, la ansiedad puede convertirse en un problema.
La ansiedad se vuelve un problema cuando se presenta de manera constante, cuando te cuesta manejarla y afecta tus labores cotidianas. Cuando la ansiedad toma estas características, estamos frente a un trastorno de ansiedad.